



En el diseño de esta casa minimalista, el arquitecto belga Bruno Erpicum ha dado absoluta prioridad a las proporciones y al equilibrio creado entre conceptos opuestos como el espacio lleno y vacio, la luz y la sombra, y el interior y el exterior.
Un simple paralelepipedo, revestido de cemento blanco, alberga los dos pisos.La planta baja, en permanente diálogo con el jardin a través de los muros de cristal, y el primer piso, cerrado entre muros sin ventanas, que recibe la luz natural que penetra por un patio interior y un lucernario.

El mobiliario de exterior en madera de la firma Zen prolonga el estar en el jardin.



Zona de estar y comedor a doble altura con piezas como el sillón PK 22 de Poul Kjaerholm y la silla CH24 de Hans Wegner junto a una mesa de diseño esencial en madera de Zen.




En las zonas privadas del primer piso, como en toda la casa, al blanco total se contraponen sólo colores y materiales naturales.
Fotografias: Bruno Erpicum
Equilibrada, natural y serena. Bellísima.
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